Jorge había tenido una experiencia muy alocada con una chica del trabajo llamada Andrea, una chica muy joven y hermosa que llamaba mucho la atención, Jorge la llamó con la excusa de pedirle ayuda con algo de su computadora solo para acercarse un poco a ella. Ella rápidamente tomó la iniciativa sentándose en sus piernas y luego empezó a tocarlo. Terminaron haciéndolo en el piso donde Jorge descubrió lo alocada y dominante que era Andrea.

 

Tras esos sucesos tan apasionados Jorge no podía dejar de pensar en Andrea, lo hermosa que era y el contraste que hacía su personalidad tan extrovertida y dominante con su tierna apariencia. Además del hecho de que era una simple chiquilla a comparación de el. Todo esto le prendía muchísimo. A pesar de haber tenido un orgasmo tan satisfactorio seguía deseoso de más. Lo único que tenía en casa era a su novia, Sara, aunque era hermosa no tenía esa fuerza y voluntad que Andrea, ese fuego que lo atrajo tanto y ahora deseaba ser consumido por el. Jorge había probado la dominación y ahora necesitaba otra dosis.

Al llegar a casa estuvo visitando algunos sitios de internet con contenido BDSM, entre lo que más le intereso era el femdom y ballbusting, todo esto le parecía fascinante y viendo algunos videos se imaginaba a si mismo siendo el sumiso, finalmente se cansó y salió a caminar para despejar su mente cerrando las páginas que estuvo visitando.

Esa noche antes de tener intimidad con su novia Jorge quiso probar algo con ella. Estaban acurrucados acariciándose tiernamente, ambos sabían que era cuestión de tiempo para que empezaran a hacerlo.

 

-Amor

-Qué pasa?

-No te gustaría intentar algo diferente esta vez?

-Cómo que? -preguntó ella con un claro interés

-Me gustaría que esta vez seas algo más dominante en la cama -tras decir esto ella se apoyó en su pecho

-Mmm, ya veo, tienes alguna idea en particular? 

-No, lo que te nazca hacer, quizá más iniciativa, más autoridad de tu parte, cosas así

-Jaja, me agrada la idea, hagámoslo!

-Genial, cuando quieras empezar

-Bien, primero que nada, quítate los pantalones y la camisa, AHORA! -a Jorge le soprendió lo rápido que Sara se metió en el papel, pensó que le costaría mucho más y serían avances lentos. Tenía el instinto de dominarla de nuevo, no hacerle caso, se sentía incluso algo ridículo haciéndole caso pero tenía mucho deseo de experimentar algo parecido a lo de ese día.

 

Empezó a desvestirse hasta quedar solo en ropa interior.

 

-Espera aquí, que no se te ocurra moverte… -tras decir esto salió e la habitación. Jorge empezó a cuestionarse si esto era un error, talvez sería decepcionante cuando se de cuenta que no será lo mismo que con Andrea. Su mente oponía resistencia a esta nueva experiencia, quizá por los años siguiendo la misma rutina.

 

Finalmente Sara llegó a la habitación de nuevo vistiendo una hermosa lencería que consistía en un babydoll con ligueros que sostenían unas medias. Todo el conjunto era negro, aunque un traje de cuero hubiera sido más apropiado este cumplía su función. Jorge no podía dejar de verla al entrar a la habitación de forma tan sexy.

 

-Que te parece?

-Te ves genial…

-Me alegra que lo pienses, que quisieras hacer?

-Me gustaría agarrarte de la cintura y metértelo…

-Esta noche será un poco diferente, para empezar deberás ganarte todo, mientras más obediente seas mejor te la pasarás

 

“Donde rayos aprendió eso?, en internet, películas o que?” Se preguntó Jorge al notar lo bien que interpretaba el papel. Sara caminó hacia la cama, pensé lo interesante había terminado, tendrían sexo y ya sin embargo se equivocó, Sara se paró encima de la cama, Jorge quedó pasmado ante esto. Caminó lentamente hacia el.

 

-Qué es lo que más te gusta de lo que ves?

-Creo que tus piernas, me encanta como se te ven con ese atuendo, me has impresionado, Sara

 

Al decir eso Sara puso su pie encima de su pecho, por reflejo Jorge tomó sus pies.

 

-Te referirás a mi como: “mi ama”, entendido?

-… -Jorge se sentía algo ridículo con esto, no quería responder lo cual hizo que Sara quitara el pie de su pecho y le diera una patada en los testículos, Jorge dio un salto de sorpresa y quedó en shock ante esto.

-Eso te gusta, no? -dijo Sara traviesamente

-Algo…como lo sabes? -preguntó Jorge temiendo que supiera lo que pasó con Andrea en la oficina.

-Dejaste una de tus páginas pervertidas abiertas, tontillo -dijo Sara tiernamente. Le causó un gran alivio a Jorge que no se haya enterado e Andrea y además ver que estaba dispuesta a hacer cosas así con el.

-Entonces, que es lo que más te gusta de lo que ves?

-Creo que tus piernas, se me antojan mucho, SaaaAAh -cuando estuvo a punto de decir su nombre Sara pisó sus huevos para recordarle como debía referirse a ella- …Mi ama

 

Escuchar eso le sacó una sonrisa a Sara.

 

-Genial, vas aprendiendo, ahora quítate la ropa interior, rápido! -Jorge obedeció quedando desnudo boca arriba- Quieres besar estas piernas?

-Si, mi ama

-Entonces hazlo -Jorge trato de levantarse para alcanzar sus piernas pero Sara puso de nuevo su pie en su pecho- Vamos, esfuérzate un poco, no todo es tan fácil, besa mis pies primero y talvez tengas el privilegio de besar mis piernas luego.

 

Jorge se sentía muy excitado ya, tener a su novia quien hasta ahora había sido muy sumisa dándole órdenes y teniéndolo en pelotas sin que ella se haya quitado nada aún lo prendía muchísimo, sentirse vulnerable y débil lo excitaba como nunca antes, su pene apuntaba totalmente erecto apuntando al techo.

 

Sara puso su pie cerca de su cara y sin perder el tiempo Jorge empezó a besarlo con pasión, Sara parecía disfrutar much esto también, este cambio de dinámica parecía favorecerle como si simplemente hubiera sacado a la diosa que tenía escondida.

 

-Ya puedo besar sus piernas, mi ama? -preguntó Jorge

-Bien, te lo has ganado por ser obediente.

 

Jorge se incorporó para quedar sentado en la cama, se aferró a las piernas de Sara y empezó a besarlas como nunca, Sara lo gozaba, era difícil dar pasos en la cama en esta posición pero se las arregló para poner sus pies en los huevos de Jorge mientras el las besaba. Jorge perdía el control por esto, le fascinaba. Cuando Sara escuchaba esos gemidos de placer le provocaba pisar aún más fuerte. A Jorge le costaba un poco estirarse para besar las piernas de Sara mientras ella le pisaba los huevos. Aún así estaba tan excitado que no se detendría por nada.

 

De pronto Sara alejó su pierna un momento dejando a Jorge con deseo.

 

-Toma tu pene y levántalo, pervertido -dijo Sara, Jorge obedeció temiendo lo que haría. Sara visualizó a su nuevo esclavo hacer lo que le pedía y sin previo aviso le soltó una patada en los huevos muy fuerte, lo cual hizo que Jorge se encorvara agarrándose los huevos.

-Estás bien? -preguntó algo preocupada Sara- saliéndose brevemente del papel

-Si…solo necesito un momento

-Genial, de ahí saldrán mis bebés así que aún no quiero rompértelos aún, jaja.

 

Tras recuperarse de la patada estaba listo para seguir pero Sara se acostó en la cama.

 

-Ahora quiero que me des un buen masaje, si no me encanta te daré otra patada igual, empieza de inmediato.

Jorge se puso a trabajar, se puso de rodillas en la cama y empezó a darle un masaje a Sara en la espalda, recorriendo desde sus hombros hasta sus pies, haciendo énfasis en su espalda, muslos y pantorrillas. El seguir las órdenes de su novia lo prendía mucho, su erección no se iba, menos al apreciar su hermoso cuerpo. No pudo soportar más y empezó a besarlo, empezó con su espalda y fue desplazándose hacia abajo. Cuando estaba en sus piernas clavaba su boca y con su lengua hacía un masaje circular, justo encima de sus rodillas, sentía como Sara se estiraba de placer cada que tocaba un punto que le gustaba.

 

Jorge no se detenía, seguía haciendo esos movimientos circulares cambiando de zona de vez en cuando, pronto vio de reojo como Sara quitaba la mano de su cabeza donde se apoyaba para hacerse una almohada con ambas manos, su mano izquierda empezó a bajar, Jorge seguía haciendo lo suyo con su lengua. Su mano empezó a tocar la pierna de Jorge y empezó a recorrerla hasta que finalmente capturó lo que deseaba. Tenía los huevos de Jorge en su mano y empezó a masajearlos, cada que Jorge la hacía estirarse de placer al tocar un punto o hallar el ritmo perfecto Sara se los apretaba cada vez con más fuerza.

 

El dolor parecía provocarle más excitación Jorge que lo hacía cada vez más rápido, el ritmo con el que besaba y lamía a Sara aumentó cuando ella empezó a masturbarlo, no tenía el mejor agarre para masturbarlo pero aún así se las arreglaba para darle placer mientras el seguía con su masaje. Transcurrieron unos minutos así y ya solo se escuchaba el sonido de la boca de Jorge y los gemidos de placer de ambos.

 

-No resisto más, quiero metértelo -dijo Jorge

-Lo permitiré ya que estoy increíblemente caliente

 

Sin pensarlo dos veces Sara se puso boca arriba, la urgencia del momento los orilló a simplemente apartar la lencería para que Jorge pudiera meterlo. Al clavarle el pene Sara volvió a retorcerse, no era como las otras veces, en esta ocasión tenía la necesidad de sentir a Jorge dentro, no importaba si implicaba salirse del papel. Tras unas cuantas embestidas lentas ambos estaban en el paraíso, aún así Sara necesitaba más, lo único que se le ocurrió fue tomar a Jorge de los huevos de nuevo para ver si ocurría lo mismo que cuando hacía su masaje.

 

Al tomar los testículos de Jorge y apretarlos fuerte notó de inmediato el cambio, parecía poner frenético a Jorge quien la penetraba con más potencia cada vez, se la metía y sacaba con locura, ella nunca había experimentado tanto placer antes, sentía que estaba a punto de venirse, mientras más se acercaba al orgasmo apretaba más sus huevos hasta que finalmente soltó un gemido diferente a todos y a la vez tensó todo su cuerpo, dejó de apretar los huevos de Jorge y solo los sostenía después de haber llegado a su climax, se lo transmitió a Jorge quien empezó a bajar la velocidad de las embestidas hasta hacerlo suave y lento nuevamente aunque el aún no se venía.

 

Sara lo empujó y empezó a incorporarse, lo tumbó en la cama y sin decir ni una palabra empezó a darle una mamada. Con sus labios hacía presión a lo largo de todo su pene, de vez en cuando Jorge sentía la lengua de Sara jugar con su cabeza. Sara solo escuchaba la respiración profunda de Jorge, de vez en cuando se lo sacaba de a boca para masturbarlo con fuerza, cada que hacía eso aprovechaba para soltarle un manotazo en los huevos que hacía que Jorge soltara un gemido de dolor y placer. Después volvía a meterse su pene en la boca para seguir. Así siguió por varios minutos hasta que Jorge estaba a punto de venirse.

 

-Estoy a punto de venirme… -dijo Jorge muy debilitado ya

-Ok…-respondió Sara susurrando

 

Al decir esto ella se acomodó sentándose en el estomago de su novio, tomó su pene con fuerza y utilizando el abdomen de Jorge como apoyo lo masturbó con muchísima fuerza, parecía que se lo iba a arrancar, Jorge solo tocaba su cintura y sus nalgas que estaban perfectamente a su alcance. Sara siguió jalando y empujando el pene de Jorge hasta que finalmente llegó al orgasmo, apretando las piernas de Sara, clavándole sus dedos mientras arrojaba su carga por todas partes, cayó un poco en el pecho de Sara, un poco en sus rodillas, algo en las sábanas y el resto parecía haber caído encima de el mismo, fue algo desastroso aunque a Sara no parecía molestarle en absoluto, sentía que ambos habían terminado deliciosamente y solo se tumbó en la cama para acostarse con su novio.

 

-Fue el sexo más rico que hayamos tenido en años…-dijo Jorge

-Si, todo gracias a tu obediencia, de ahora en adelante me harás caso siempre. ¿Escuchaste? -preguntó Sara, bromeando

-Si, amor… -contestó Jorge de forma algo condescendiente- Sara respondió dándole un golpe con el dorso de la mano en sus desprotegidos huevos, aunque no muy fuerte.

-Ya te dije como quiero que me llames en la cama! -recordándole como debe dirigirse a ella

-Si…Ama -dijo Jorge con un leve dolor en sus huevos.

 

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