Jorge pensó que sería otro día normal en la oficina, llegar, sentarse, llenar reportes, supervisar a sus equipos y volver a casa con su novia, Sara, que vivía con el.
Aunque sentía que su vida era lo que muchos hombres aspirarían, dirigiendo una firma, siendo respetado por todos, teniendo una linda chica en casa, poderoso, carismático y con un cuerpo trabajado el sentía que algo faltaba, quizá había…demasiado orden en su vida.
Mientras tenía una de sus juntas rutinarias el veía por la ventana de la habitación, por apenas un segundo pudo ver algo que llamó su atención, era una chica que nunca había visto antes, esta era una chica bajita de cabello rojo con una piel blanca y juvenil, debía tener unos 19 años. Jorge se quedó intrigado, no sabía que hacía una chica tan joven aquí aunque realmente sería agradable verla pasar de vez en cuando.
Más tarde Jorge estaba en su oficina revisando sus correos cuando de pronto alguien entra sin tocar, algo que todo mundo sabe le molesta mucho y de inmediato te reprendo por ello.
-Hola, me llamo Andrea -dijo la chica de forma alegre y segura
Jorge quedó congelado por su belleza.
-…
-Esta es la parte donde me dices tu nombre… -dijo juguetonamente Andrea
-Jorge, un placer -dijo sin poder apartar la mirada de su lindo rostro
-Solo vine a presentarme, soy nueva y me estaré encargando de las redes sociales de la empresa, cualquier cosa que necesites no dudes en buscarme.
-Te lo agradezco y lo tendré presente
-Vaya…que formalidad, jaja. Bueno, nos vemos luego, George -dijo giñando un ojo
Jorge nunca había tratado con alguien así en la empresa, era muy informal esta chica, incluso le puso un apodo cuando apenas se estaban conociendo, aún así no pudo evitar ver sus tan deliciosas y suaves piernas y perfecto trasero cubierto por una falda negra al salir de su oficina.
Una vez se fue, la imaginación de Jorge empezó a crear escenarios, fantaseaba con poner sus labios en sus hermosos y suaves pechos, sentir su cálida piel en su rostro y llenarlos de besos, ella abrazaría su cabeza mientras el la recargaba en su pecho y ponía sus manos en sus tersas piernas y sentía un enorme deseo de ir cada vez más lejos.
Trató de distraer su mente con trabajo pero no podía dejar de pensar en ella, su tan llamativo cabello y su perfecto cuerpo, sobre todo esa fiereza en su mirada al presentarse.
Más tarde ese mismo día cenó con su novia, mientras charlaban como había ido su día el le platicó sobre esta nueva chica, aunque no le mencionó lo hermosa que era, solo le contó lo impertinente y poco formal que fue.
En la noche tuvo sexo con su novia, aunque era gratificante se había vuelto algo aburrido, parecía más una labor más que algo que hubiera que gozarse pero en esta ocasión de vez en cuando se imaginaba a este chica que conoció lo cual lo hizo excitarse más, pareció que ambos lo disfrutaron mucho más que antes.
Al día siguiente en la oficina pensaba en ella, quería verla de nuevo así que pensando en alguna excusa le mandó un mensaje por la red del trabajo pidiéndole que fuera a su oficina a ayudarle con algo.
-Hola, George! -llegó alegre, Andrea
-Hola, Andrea, crees poder ayudarme con algo?
-Claro, que pasa?
-Necesito que mi bandeja filtre los correos por empresa y no encuentro como, sé que no es tu área específicamente pero talvez tu sepas como…
-Déjame revisar… -Dijo interrumpiéndome
Ella camino hacía el otro lado de su escritorio y se apoderó de la computadora, estando a unos cuantos centímetros de Jorge, parecía enfocada en su tarea mientras Jorge disfrutaba de la vista, otra vez llevaba falda aunque esta vez era café que combinaba con su blusa beige. Estuvo así un rato, Jorge tenía el instinto de apartarse de ella pero su deseo no lo permitió, sería difícil hallar excusas para traerla de nuevo.
Se veía incluso más hermosa ahora, pudo apreciar que tenía unas pequeñas pecas en el rostro que adornaban de forma tierna sus finos rasgos, poco a poco fue bajando la mirada, estaba inclinada mientras usaba la computadora, su trasero hacía un ángulo perfecto, las manos de Jorge parecían tener mente propia y rogaban poner sus manos ahí. Fue todo un reto contenerse de hacer algo indebido.
Ella murmuraba algunas cosas para ella misma mientras le movía a la computadora cuando de pronto parece que se cansó de su posición y se sentó en las piernas de Jorge.
Jorge quedó en shock, tragó saliva y no dijo una sola palabra, dejó sus manos quietas mientras Andrea trabajaba. Andrea se paró un momento y jaló la silla de Jorge para acercarla más a la computadora sin siquiera verlo, se sentó nuevamente aunque ahora sentada perfectamente en su entrepierna. Jorge estaba en la gloria, su respiración se agitaba y se volvió profunda, podía sentir la forma de las perfectas nalgas de Andrea gracias a la tela tan ligera de su falda y que Jorge llevaba pantalones formales de tela suave. No entendía a que estaba jugando Andrea pero lo disfrutaba a lo grande, empezó a tener una erección que chocaba con las nalgas de Andrea.
En la mente de Jorge solo había deseo, unas ganas de desabrochar su pantalón y clavar su pene en ella en esta posición, sentir sus tibias nalgas y poner sus manos en sus piernas. Daría todo lo que posee por hacerlo, su deseo era tanto que incluso considero hacer un avance aunque esto podría terminar en problemas, incluso peligraría su puesto en la empresa. Si no fuera por su nerviosismo su lado más salvaje le habría ganado y le habría hecho tomar a Andrea con fuerza.
-Es tu cartera eso que siento o te pone feliz mi compañía? -preguntó Andrea
-Emm, no sé
-No seas tímido, que es esto? -dijo Andrea llevando su mano hacia su entrepierna para sentir eso que chocaba con sus nalgas
-Talvez si me alegra verte… -contestó tímidamente Jorge
-Jaja, yo también lo creo, además esto no tiene forma de cartera -Dijo jugando con mi pene a través del fino pantalón
Andrea empezó a acariciar su pene y mientras el disfrutaba se dio cuenta que Andrea desabrochó sus pantalones y empezó a jalarlos para quitárselos junto con su ropa interior hasta que finalmente lo logró.
-Vaya, pensé que tenías un pene grande, aún así es lindo
-Mmmm, ok -dijo Jorge algo herido por ese comentario pero aún excitado pues nunca se ha sentido acomplejado por su pene antes
-Serás un chico obediente, cierto? pórtate bien y te aseguro que te la pasarás genial
-Alguien podría entrar… -dijo Jorge algo preocupado
Andrea se puso de pie, camino hacia la puerta y le puso seguro, volvió su vista a Jorge como si de una presa se tratase.
-Siéntate ahí, en el piso -le ordenó apuntando al piso con un sillón al lado.
Jorge se sienta en el sillón esperando que llegue Andrea, ella llega y lo toma de los testículos, jalándolos hacia ella.
-DIJE EN EL PISO!! -le dijo con agresividad mientras le jalaba los testículos
Jorge se tumbó en el piso algo adolorido mientras Andrea se quitaba los zapatos. Empezó a tocar su pene y testículos con su pie mientras el estaba ahí tirado, Andrea se paró al lado de el y le dijo: “Bésala” poniendo su pierna al lado de su rostro.
Una chica de 19 lo tenía totalmente a su merced, sus fantasías se estaban volviendo realidad aunque con un giro inesperado, aún así la deseaba tanto que haría todo lo que ella ordenara con tal de estar con ella
Sin perder tiempo empezó a besar sus tersas piernas, la vista de Andrea era magnífica, siendo tan joven y delicada tenía a un hombre tan guapo e importante a su merced, de vez en cuando alejaba su pierna para probar su deseo, Jorge se estiraba para alcanzarla como un perro al que le retiraban su comida favorita, el quería seguir llenándola de besos, a ella le excitaba ver ese deseo tan fuerte en Jorge,
de vez en cuando Andrea lo empujaba hacía atrás para seguir jugando con su pene, acariciándolo con su pie. Andrea parecía demasiado excitada, de un momento a otro se quitó la ropa interior, solo dejando su falda y se tiró encima de Jorge.
Cuando el pene de Jorge atravesó a Andrea ella inhaló con fuerza haciendo audible su respiración. Siguió cabalgando a Jorge de forma cada vez más violenta, Jorge tomaba a Andrea de la cintura y de vez en cuando jugaba con su trasero. Así estuvieron algunos minutos cuando Jorge tuvo la necesidad de tocar los senos de Andrea, ella lo gozó tanto que se quitó la blusa, una vez se la quitó Jorge clavó su mirada en sus pechos, estos eran grandes y perfectamente redondos, no pensó que Andrea tuviera pechos tan grandes y lindos debajo de esa blusa. Pronto no resistió más y clavo su rostro en ellos, pasándole la lengua por todas partes donde no cubría el brasier.
Andrea seguía brincando en Jorge como loca, solo se detuvo un momento para desabrochar su brasier y arrojarlo por ahí. Jorge estaba maravillado de los hermosos senos de Andrea, si su perfecta redondez y firmeza no fueran suficientes, estaban adornados con unos hermosos pezones rosados. Sin pensarlo dos veces Jorge clavó su boca en ellos lo cual hizo que Andrea respirara profundamente, sus pechos eran todo lo que Jorge había imaginado, su calidez y suavidad ahora estaban en su rostro y labios. Andrea llevó sus manos por abajo de sus nalgas para alcanzar los testículos de Jorge hasta que finalmente los capturó en su mano.
-Los tengo! -dijo apretándolos un poco
-Mmmm! -soltó un quejido cuando se los apretó pero seguía ocupado en los senos de Andrea
-Mmmm, me está gustando mucho, estoy cerca de venirme!
-Yo también -dijo Jorge despegando su boca de los pezones de Andrea
-Cállate o te los arranco!, sigue con lo tuyo -dijo apretando sus testículos
El soltó otro quejido pero siguió paseando su lengua por los pezones de Andrea, cada vez que a Andrea le encantaba lo que hacía, además de inhalar fuerte inconscientemente apretaba los huevos de Jorge, lo cual hacía que Jorge se alocara más con su lengua.
El selló su boca encima de los pezones de Andrea y daba vueltas con su lengua, cada vez más rápido, haciendo que Andrea se volviera loca, ella le apretaba los huevos cada vez más fuerte, el sentía mucho dolor pero no quería parar.
Nunca había experimentado tanto placer antes, no importaba si ella le reventaba los huevos, el no despegaría su boca de ahí por nada ahora que tenía esos hermosos.
Su pene se sentía tan caliente y húmedo dentro de Andrea, ella seguía embistiéndolo, cada vez con más fuerza, sus brincos hacían difícil el trabajo en los pechos de Jorge, aún así el no los dejó ir. Jorge ya no podía más, era demasiada la excitación, trataba de frenar un poco a Andrea para no venirse aún pero ella seguía cabalgándolo cada vez más rápido.
Tras un par de minutos así, finalmente ambos se vinieron en una explosión orgásmica poderosa que tensó sus cuerpos e hizo que se abrazaran con fuerza, sentían que su mundo se había sacudido, ambos se vinieron casi al mismo tiempo.
Jorge despegó su boca de sus pezones y apoyó su rostro en su pecho, la lujuria se iba poco a poco y aparecían nuevas sensaciones, llenas de paz y confort, no quería apartar su rostro del pecho de Andrea.
Andrea se separa un momento y se lanzó hacia Jorge soltando un suspiro, apretando su cara en su hombro y abrazándolo tras soltar sus testículos. Parecían exhaustos los dos.
-Te viniste tu también? -preguntó Jorge
-Te los habría arrancado de castigo si no me hubiera venido.
Tras pasar unos momentos Andrea se puso de pie y fue a buscar su ropa, Jorge hizo lo mismo.
-Todo esto será secreto siempre y cuando sigas siendo mi perra, entendido? -dijo Andrea de forma tranquila pero directa
-Ok…
-Perfecto, lo de tus correos no tengo la menor idea como hacerlo, averígualo tu mismo. Nos vemos, George.
Dejó su oficina tras verse en un espejo y arreglar su cabello.
Definitivamente la vida de Jorge había dejado de ser tan rutinaria.
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