Estaba en clase de español, como siempre echando vistazos furtivos a las lindas piernas de mis compañeras, la mayoría estaban buenísimas, todo el día no podía evitar pensar en mi cogiéndomelas como loco, tenía constantes erecciones en clase, afortunadamente nunca me vi en una situación penosa donde tuviera que pasar al pizarrón o algo por el estilo, incluso si así fuera tal vez no sería descubierto (ya entenderán porque).
Entre todas había una chica que llamaba especialmente mi atención, se llamaba Gabriela, le gustaba mucho usar faldas así que ahí tenía mi mirada la mayor parte de la clase (imagino por eso me iba tan mal en la escuela)
No intenté nada con esa chica en ese momento, en su lugar invité a salir a una chica muy linda llamada Rosa, quien también era muy hermosa y charlábamos de vez en cuando, sabía que aceptaría salir conmigo.
Un día salimos al cine, la sala estaba sola dado que fuimos el miércoles y era una película que se había estrenado hace mucho, era una película de terror, yo la abrazaba y ella volteo a verme, supuse que quería que nos besáramos, tenía mucho miedo pero no quise esperar más así que me acerqué, fue una delicia sentir sus carnosos labios, estaba realmente excitado, cuando no creí que podría ser mejor, ella puso su mano en mi pierna, lo cual me puso muy nervioso. Aunque lo estaba pasando increíble, había algo que me incomodaba, imagino es normal en chicos pero siempre me he sentido algo acomplejado por el tamaño de mi pene, nunca lo he querido medir para no alimentar mi miedo de confirmar que tenía un pene pequeño, aunque sabía que era una tontería y que incluso si realmente tuviera un pene algo pequeño sería poco probable que me hiciera un comentario al respecto o siquiera le importara.
Seguimos besándonos, yo la abrazaba con ambos brazos y ella iba subiendo poco a poco su mano por mi pierna, yo abría los ojos del miedo de vez en cuando, finalmente lo puso encima de mi pene, yo estaba congelado del miedo, aunque me forzaba a fingir que no pasaba nada, solo seguía besándola.
-Héctor…¿Está parado?
Sus palabras me dejaron helado, me sentía contra la pared.
-Si, por?
Creo que fue increíblemente estúpido preguntarle “Por?” sabiendo ya la respuesta, incluso la animaría a darme una respuesta que me dolería.
-Es que no lo siento mucho, es grande o pequeño?
-Que cosa? -No podía parar de hacer preguntas estúpidas
-Esto!, jaja -dijo intentando tomar mi pene aunque se le dificultaba
-Normal, creo -mentira…
-No es cierto…es pequeño, verdad?
Yo no sabía si enojarme, irme, ofenderme, negarlo, me sentía acorralado totalmente, mi instinto me decía que debía hacerme el ofendido y huír, pero realmente solo me sentía mal por decepcionarla.
-Veamos…-Dijo mientras forcejeaba para desabrochar mi pantalón
El pánico se apoderó de mi, no había forma de parar esto sin que fuera sospechoso, fue crédulo en pensar que no le llamaría la atención mi tamaño, la erección empezó a bajarse desde que preguntó si estaba parado, ahora encima lo vería sin erección, quería que me tragara la tierra.
Con el pantalón desabrochado y apartado, solo faltaba hacer a un lado mi ropa interior, ella me miró a los ojos con una sonrisa malévola, viéndome sudar frío mientras lo apartaba, mi gran secreto sería descubierto…
-Woooow -dijo abriendo los ojos de par en par sin cerrar la boca
-Qué? -le pregunté aunque sabía la respuesta
-… -no dijo nada, solo observaba
-QUÉ!? -pregunté algo molesto
-Pues que crees?, que imaginas que estoy pensando ahora mismo? -Dijo desafiante
-No lo sé, dime
-Porfavor…que crees que pienso?
-Qué?
-DIME TU!! -dijo con una sonrisa, parecía que le daba gracia, yo me sentía tan vulnerable con mi pene expuesto, ni siquiera quería mirarlo, sabía que había algo vergonzoso ahí…
-Es pequeño? -contesté tímidamente
-NOOOO, en serio lo crees?!, jajajaja -dijo riéndose
No pude aguantar más, empezaron a salirme lágrimas, aunque mantenía mi cara sin expresiones, en un intento de aferrarme al último hilo de dignidad que me quedaba.
-No pasa nada, tranquilo, solo me sorprendió, además decías que era normal y está muy por debajo de lo normal, jaja
De pronto con sus dedos tomó mi pene y empezó a masajearlo con sus yemas.
-Ya no llores, será nuestro “pequeño” secreto, jaja
Su broma no me gustó nada pero finalmente sentí algo de alivio, volví a besarla mientras ella jugaba con mi pene, pronto tuve una erección nuevamente.
-Supongo que hasta aquí crece, cierto? -dijo con una sonrisa traviesa, parecía disfrutar de burlarse de mi
-Supongo que si…
-Cuánto te mide?
-No lo sé
-Claro que sabes, todos los chicos se miden el pene
-Yo no
-Supongo que tiene sentido que no quieras averiguarlo…Yo te lo voy a medir pronto, jaja.
-Para qué?
-Nunca había visto uno tan pequeño, podría ser un record -Sus bromas no paraban
Había dejado de jugar con mi pene así que fui perdiendo la erección nuevamente. Estaba a punto de abrochar mis pantalones cuando de repente ella empezó a jugar con mi pene otra vez, usando solo 3 de sus dedos.
-Creo que no necesitaré toda la mano -dijo burlándose
A mi me daban igual sus burlas en este punto (más o menos), ya había sido humillado al menos quería disfrutar esto y realmente era genial, me estaba gustando muchísimo. Me recosté mientras ella me masturbaba.
De pronto escuché el sonido de la cámara de su teléfono, me enojé mucho
-Que hiciste? -le dije enojado
-Nada, solo quería un recuerdo
-Bórrala de inmediato! -le ordené
-Palabras muy grandes para un pito tan chiquito jaja
-Bórrala, Rosa!
-Antes que nada…no me hables así -dijo soltándome un puñetazo en los testículos lo cual me hizo doblarme un poco. -No borraré la foto pero te daré un premio.
Seguido de esto agachó su cabeza hasta alcanzar mi pene, fue lo más delicioso que haya sentido en mi vida, esa sensación de calidez, humedad y el sentir su lengua era algo nuevo para mi.
Sentía como sus labios apretaban mi pene y como pasaba su lengua haciendo círculos. Yo solo vigilaba que nadie entrara y nos descubriera.
Pasaron unos cuantos minutos y no pude más, me vine en su boca.
Ella se sorprendió y escupió en su vaso de refresco vacío.
-Avísame antes! -dijo dándome otro puñetazo en los huevos
-Aaauuh!, perdón -le dije con dolor por el puñetazo
-Te viniste muy rápido, no te basta con tener pito chico? jaja. Ya cúbrete esa verguenza y veamos la película
Yo moría de vergüenza aunque me sentía aliviado cuando me vine.
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