Llevo alrededor de diez años enrollado con una amiga (Laura).
Es una relación de esas raras porque nos llevamos muy bien, pero “hay algo que no…” reconozco que es mas por mi parte, pero a pesar de nuestro buen rollo y el cariño que nos tenemos, nunca hemos llegado a cuajar una relación.
Sin embargo muchos veranos quedamos y pasamos unos días juntos.
Ella vive en Baleares, y cuando a los dos nos cuadra, me voy una semana a verla.
La relación siempre ha sido excelente y cuando nos vemos, si ambos estamos sin compromiso follamos y psamos la semana o mas como si fuésemos novios y después cada uno a su vida.
Es una mujer preciosa. Se cuida mucho haciendo mucho deporte y a pesar de haber pasado los 40, tiene un cuerpazo que despierta todas las pasiones esculpido a golpe de gimnasio y esfuerzo.
Es alta, culona, muy bonita de cara y desde hace unos seis años con tetas operadas en su justa medida.
Tenemos muchísima confianza, pero a ella el tema del nudismo integral le incomoda y nunca lo practica. Se quita la parte de arriba exhibiendo sus bien puestas tetas, pero en pelotas del todo nunca se queda en público. Dice que es porque no le apetece que algún vecino o conocido pueda verla totalmente desnuda, sin embargo siempre le ha hecho mucha gracia que yo me desnude por completo e incluso me anima a hacerlo.
Da la sensación de que le gusta exhibirme como su trofeo, pues son varias las veces que yo he caminado por alguna playa totalmente en pelotas con ella en top less, mientras en ese caso no parecía que le importase demasiado encontarse con ningún conocido o conocida.
En una ocasión dando un paseo y estando solo yo en pelotas, no se si a propósito o no, nos cruzamos en una playa con dos compañeras suyas del curro, se detuvo parsimoniosamente a saludar e hizo las presentaciones, así que allí estaba yo siendo el único desnudo frente a tres mujeres en bañador o bikini. Como se imaginarán, la situación puede ser entre vergonzosa y excitante; estar en pelotas con tres mujeres en bikini, darles dos besos y quedarse un rato charlando mientras notaba como a sus compañeras constantemente se les iba la mirada hacia mi desnudez.
No soy para nada vergonzoso, pero no es fácil encontrarse en una situación así y me sentí totalmente exhibido, a la vez que notaba como ella estaba disfrutando mostrándome y sintiéndose como la propietaria de lo que les permitía ver a sus compañeras.
A pesar de la vergüenza también fué muy excitante y tuve que hacer verdaderos esfuerzos para no empalmarme sintiendo como sus compañeras se deleitaban viéndome totalmente desnudo y sonreían mientras cruzábamos conversaciones protocolarias, aunque no puedo negar que yo también disfruté.
Digo “verdaderos esfuerzos” porque no lo conseguí completamente y aunque no llegué a empalmarme del todo, notaba como mi polla iba creciendo al estar solo yo desnudo junto a tres mujeres vestidas.
Por parte de sus compañeras, una era medianamente discreta pero la otra no se cortaba en absoluto en mirar descaradamente hacia mi sexo, lo que acrecentaba aún mas mi excitación que sin llegar a la erección total, se me puso paralela al suelo mientras yo hacía lo imposible por ocultar el trasfondo sexual ante su encuentro. Por otra parte se notaba que mi amiga estaba procurando prolongar todo lo posible el encuentro con sus compañeras para enseñarme bien desnudo ante ellas, además de procurar alejarse constantemente de mi lado para mostrarme aún mas sin posibilidad de refugiarme detrás de ella.
Finalmente tras unos interminables minutos para mi, nos despedimos, no sin que antes me echaran un atrevido vistazo sin ocultar su deleite y risas.
En cuanto nos alejamos un poco mi amiga me confesó entre risas, que le había encantado eso de exhibirme y ver las caras de sus compañeras pudiéndome contemplar durante un buen rato a su antojo.
Yo le contesté, ¿Si? Pues ahora esto lo solucionas tú, señalándole a mi polla que entonces si que estaba prácticamente empalmada del todo.
Ella: Ja, ja, No te preocupes, que por supuesto ahora en cuanto lleguemos a casa, eso te lo bajo yo.
Y aprovechando que caminábamos en una zona donde no había público, me agarró la polla sin tapujos y me hizo un par de sube y baja.
Yo: No, no quiero esperar a llegar a casa. Has provocado que tus compañeras me vean totalmente en pelotas y casi llego a empalmarme, así que ahora me lo solucionas lo antes posible, en cuanto lleguemos a nuestras toallas.
Ella: Oye, que esto yo no le tenía planeado. Me he encontrado con ellas de casualidad y si tu eres un salido yo no tengo la culpa. Ja,ja.
Yo: MmmmmHhh! No se, no se… si habrá sido casualidad o tu sabías que ellas andaban por aquí hoy.
En cualquier caso, ha sido un poco humillante ser el único en pelotas delante de tres tías, y eso me ha puesto cachondo igual que a tí, o sea que ahora asumes las consecuencias y me la machacas o te la tragas hasta dejarme vacío.
Ella: Ja, ja. No te preocupes que en cuanto estemos un poco resguardados te voy a hacer una comida de antología, ja,ja.
Yo: Si, si y te lo tragas todo.
Ella: Pues claro, ¿Acaso lo dudas? ¿O alguna vez me he hecho la remilgada cuando te corres en mi boca?
Yo: No, la verdad es que no.
Me acerqué a ella y nos dimos un beso de amantes de esos super húmedos y apasionados que solíamos darnos, lo que terminó de disparar totalmente mi erección.
Como he comentado antes, es una persona a la que quiero muchísimo, y una mujer que me excita sobremanera, aunque no se por que, hay algo que me limita para que podamos estar juntos.
Afortunadamente no estábamos demasiado lejos de nuestras toallas que se encontraban en una zona rocosa y resguardada parcialmente de las miradas de otros bañistas. Aún así tuve que caminar desnudo y completamente empalmado a su lado unos 100 mts. Ya había caído el sol y no nos cruzamos con nadie lo suficientemente cerca como para apreciar por completo mi estado. Por su parte, no paraba de reirse y comentar como lo habían disfrutado sus amigas y confesar que a ella le había encantado sentirse dómina por un ratito.
Cuando llegamos me tumbé boca arriba y le dije: Ya sabes…
Ella se puso a cuatro patas y engulló mi polla de golpe chupándomela en una mezcla de lujuria, cariño y pasión.
La situación de estar en pelotas en una playa mientras una tía buena se amamanta con fruición de tu rabo provoca una mezcolanza de placer, excitación y exhibiccionismo, super, super placentera.
Un par de veces le agarré del culo e intenté traérmela para follármela allí mismo sin compasión, pero sabía que por ahí era muy difícil que entrara debido a sus miedos, vergüenzas o bloqueos, así que dejé que me la mamase en una de las situaciones mas placenteras y excitantes de mi vida.
Le dije: no te preocupes, que aunque me vacíe en tu boca ahora, cuando lleguemos a casa no te escapas.
Esto hizo que sacara mi polla de su boca para acercarse y fundir nuestros labios en unos besos mojados, violentos, de amantes…
Así permaneció un rato alternando polla y labios, hasta que le advertí que iba a correrme. Entonce asintió con un gemido que me autorizaba a descargarle todo dentro de su boca.
Comencé a eyacular, mientras ella desplegaba toda su maestría “comepollas” e iba controlando perfectamente el “tempo” y la presión sobre mi glande.
Como descargué por completo dentro de su boca, no puedo concretar cuanta cantidad eyaculé, pero a juzgar por mi placer y la excitación preliminar y del momento, sospecho que fué una de las corridas mas abundantes de mi vida.
Cuando notó que iban aminorando mis espasmos, se incorporó ligeramente y sonriendo abrió la boca por completo para mostrarme que se lo había tragado todo.
Los dos nos reímos y tiré de su brazo hacia mi para que se me pusiese encima y poder seguir derritiéndonos en apasionados besos.
Una vez mas, he de decir que esta mujer me encanta, además de ser guarra, deshiniba y muy activa sexualmente lo que me pone muchísimo, no se por que… hay algo en ella que: no. Y es lo que nos impide intentar formalizar una relación, pero de verdad que es un cañón de mujer en todos los aspectos.
Después de un rato así decidimos marcharnos. Estaba ya casi anocheciendo y cuando recogimos las toallas y cuatro cosas que teníamos por allí, le pregunté por mi bañador para ir hasta el coche. Entonces me miró, se encogió de hombros, me hizo un gesto negativo con el dedo y se empezó a reir.
Yo: ¿En serio? ¿Quieres que vaya en pelotas hasta el coche?
El coche no estaba muy lejos, pero había que subir unas escaleras y después caminar unos 50 mts por una especie de paseo marítimo bajo unos edificios.
Como no soy vergonzoso, le dije: “Pues vale”.
A lo que ella me contestó: Si tio, es que con lo de mis compañeras he descubierto que me pone un montón llevarte completamente desnudo a mi lado estando yo vestida. Si antes en la playa me había encantado cuando ella estaba en bikini, intuyo que mucho mas si voy igualmente desnudo y ella ahora algo mas vestida.
Yo: Ja,ja,ja. Ok, por mi no hay problema.
Me acerqué ella y le planté un besazo en los morros con lengua profunda, de esos que solemos darnos.
Eso si; como nos crucemos con alguna familia o similar, tu eres la responsable y a ver como te las apañas… Ja,ja.
Dicho esto, comenzamos a caminar escaleras arriba.
La verdad es que a mi también me parecía excitante andar desnudo al lado de ese pedazo de mujer vestida, y el hecho de sentirme sometido a sus deseos y a sus órdenes despertaba una nueva faceta de jugueteo sexual hasta hoy desconocida con ella.
Además cada vez que recordaba como había sido ofrecido y expuesto desnudo ante sus compañeras en la playa, se incrementaba mi deseo por ella y por la situación.
Llegamos al final de las escaleras y no vi ningún amago por su parte de darme el bañador ni cualquier otra prenda para cubrirme. Yo por mi parte la dejé hacer y tampoco quise preguntar.
El coche se encontraba a otros 50 mts. que había que caminar por esa especie de paseo marítimo. Estaba alumbrado por farolas relativamente lejanas unas de otras que no iluminaban totalmente el camino, así que sin miedo anduve a su lado en total desnudez. Solo nos cruzamos con un par de personas hasta llegar al asfalto donde estaba el vehículo aparcado, no se si se percataron o no de mi desnudo pero nadie hizo ningún gesto extraño, ni giró la mirada, ni nada.
Cuando llegamos al coche pensé que iba a darme mi ropa, pero ella tampoco hizo ademán alguno, así que llevado por la excitación y el juego preferí no preguntar y directamente me senté en el asiento del copiloto totalmente desnudo tal y como estaba, sin tan siquiera unas chanclas.
Arrancó el coche entre risas, y cuando iba a salir le dije: “Espera, espera un momento”.
Entonces me abalancé sobre ella y una vez mas comencé a besarla fogosamente en la boca.
Nunca me había sucedido antes, pero el hecho de estar completamente desnudo en la intimidad del coche con esa mujer, mi amiga completamente vestida, me excitó infinitamente.
No se cuanto tiempo la besé, pero yo sentía que comenzaba a sentir algo nuevo por ella. Quizá esa inédita faceta de dómina o el hecho de haberme exhibido desnudo sin permiso ante sus compañeras de trabajo en la playa, despertaban en mi una amalgama de sentimientos y deseos que no había experimentado nunca con mi amiga/amante.
Durante el camino hasta su casa, varias veces cogí su mano y la llevé hasta mi polla, que ahora si, sin barreras estaba otra vez empalmada al 100%.
Teníamos unos 20 minutos hasta llegar a casa y también le ofrecí de vez en cuando la visión de masturbarme para ella mientras miraba.
Llegamos a su casa y aparcamos a unos 10 mts. de su puerta, había anochecido casi por completo pero el día se encontraba entre dos luces. Ahora ya si que se trataba de una zona totalmente habitada y si salía en pelotas cualquiera podría verme, y aunque el nudismo fuese mas o menos normal en las playas de la zona, lo que ya no era tan normal era andar en pelotas por las zonas de viviendas. Una vez mas dejé que fuese ella la que pusiera los límites y dado que no lo hacía, salí tranquilamente desnudo del coche. Mi amiga tenía que coger la toalla, el cesto y un par de cosas mas del maletero, así que yo ni siquiera me inmuté y permanecí en bolas a su lado esperando. Estaba claro que le apetecía llevarme desnudo hasta su casa.
Abrió el maletero, cogió sus cosas y nos encaminamos hacia la puerta de su vivienda.
En el trayecto vi que íbamos a cruzarnos con una señora que paseaba un perrito e intenté ponerme tras mi amiga para que no me viese tal y como estaba, pero ella se percató en seguida y me miró riéndose mientras me decía ¿donde vaaas? ja,ja y se hizo a un lado bajando a la calzada para que yo no pudiese resguardarme con nada, quedando totalmente expuesto a la vista de su vecina. Mi amiga le dió las buenas noches, la señora le contestó y aunque en un principio parecía que no miraba o que no se había dado cuenta, al cruzarse conmigo que iba un par de metros detrás de Laura, la señora no se cortó un pelo, me escudriñó descaradamente de arriba a abajo y mas que sonreir, se rió abiertamente y me dió las buenas noches a mi también clavando su mirada principalmente en mi polla.
En esos momento mi pene ya se había relajado y se mostraba mas o menos en flaccidez aunque después de todo el ajetreo, algo mas grande de lo normal.
Yo también le di las “buenas noches” y continué tras mi amiga que se reía y regocizaba abiertamente con la situación hacia la puerta de nuestra casa. La señora se giró otra vez como queriendo cerciorarse de que era cierto lo que acababa de ver.
Cuando llegamos a la puerta, mi amiga sin parar de reir me dijo: Ja,ja, Ya hemos hecho la buena acción del día, le hemos alegrado bien la vista o el día a mi vecina ehhh, Ja,ja y parsimoniosamente se puso a buscar las llaves en su bolso conmigo a su lado en pelotas sin tan siquiera unas chanclas, quizá esperando tener la suerte de se cruzara otro vecino.
Todo esto por una parte me excitaba y también me hacía sentir un poco dominado, expuesto y suyo. Entramos en el pequeño jardín, y ahí al verla recuperé de nuevo mis ganas de ella.
Llegamos a la puerta de entrada, la abrió y en cuanto pasamos el marco, la asalté, le deshice de todo lo que llevaba en sus manos y la empotré contra la pared a la vez que la besaba con desenfreno y frotaba mi polla contra su cuerpo.
En un principio, se hizo un poco la sorprendida, me sonrió y en seguida dejó salir la puta que lleva dentro con toda la carga sexual que tenía acumulada desde la playa sintiéndose mi dueña y exhibiéndome a su antojo.
La deshice de todas sus ropas dejándola ahora también a ella totalmente en pelotas. ¡Preciosa! Sencillamente ¡Preciosa! Tiene un cuerpazo increíble se mire por donde se mire. Delgadita y esculpida por el deporte al que se entrega con verdadero esfuerzo.
Llevaba unas sandalias muy bonitas que por un momento dudé si dejárselas puestas, pero rápidamente me invadió el deseo y se las quité al tiempo que le acariciaba los pies delicadamente. Me encantan las mujeres en su completa desnudez y aunque unas sandalias puedan llegar a estilizar e incluso puedan parecer excitantes, el desnudo es; el desnudo. Nada hay comparable al desnudo total de una mujer, tan bonito en cada una como irrepetible y único lo hacen sus imperfecciones.
Me acerqué a su oído y le dije: “Tranquila mi niña, pero no te resistas porque te voy a follar bien duro hasta que no puedas mas”.
Con ella ya completamente desnuda y excitadísimos los dos, empecé a jugar con la libertad de poder follármela por toda la casa sin impedimentos, siendo yo ahora el que me tomaba la revancha dando rienda suelta a mis pasiones después de haberla dejado exhibirme a sus anchas en la playa y por la calle.
La puse recostada boca abajo en el borde del sofá con una pierna en suelo para poder observar bien su culo y su chochete por detrás, la tumbé boca arriba sobre la mesa del salón, la hice sentar en la escalera con las piernas totalmente separadas, la besé, la besé mucho y varias veces la cogí del pelo llevándole la boca hasta mi polla, que se tragaba sin miramientos.
Después fuímos hasta su habitación, ni siquiera nos acordamos de cenar, y así estuvimos toda la noche. Follábamos, dormíamos. Nos despertábamos, volvíamos a follar, dormíamos. Follábamos…
Me despertó la luz de la mañana y me encontré ese pedazo de mujer a mi lado.
Bonita, ¡muy bonita! No puedo decir mucho mas.
Abrió los ojos y de nuevo me apetecía besarla, comer su boca y fundir las salivas.
Se levantó para ir al baño y una vez mas, la asalté casi violentamente.
Estaba confusa porque nunca me había comportado así con ella, pero hoy, no se por que solo quería besarla y follarla.
La puse contra la pared del pasillo hacia el baño y empecé a lamer su ano, mientras ella colaboraba levantando una pierna que apoyaba en la pared de enfrente para facilitarme el acceso a su culete, al mismo tiempo que lo levantaba para acercarme aún mas el coñito a la boca. Lo rocé en un par de ocasiones y pude comprobar su nivel de excitación porque lo tenía húmedo ¡Muy húmedo! Ligeramente enrojecido e incluso irritado por las largas folladas que nos habíamos regalado durante toda la noche. De entre sus labios menores colgaba un hilillo de flujo transparente que revelaba su nivel de excitación. Yo continuába centrado en su esfinter y ella persistía en procurar acercarme el chochete a la boca en un afanoso deseo de que mi lengua se trasladase de orificio. Como yo también estaba deseoso, no le hice esperar mas y sacando la lengua por completo para tener mas superficie de contacto, le di un lento pero consistente lengüetazo desde el agujero anal hasta el clítoris que aceptó con un gemido de placer y una contracción que estremeció todo su cuerpo.
Continué pasándole la lengua a lo largo de todo el coño pero centrándome cada vez mas en clítoris que sin necesidad de abrirlo aparecía ya descapuchado fruto de su calentura.
No lo había comentado antes, pero mi amiga tiene un clítoris bastante prominente. No es exageradamente grande, pero es mas grande y abultado que la media, además en cuanto se excita se le hincha mucho y le sobresale la punta sin necesidad de separar la piel del capuchón.
A pesar de su tamaño y de llevar la punta desprotegida en muchas ocasiones, no ha perdido absolutamente nada de sensibilidad en su clítoris y convulsionaba al tacto con mi lengua.
Así, le di la vuelta apoyando esta vez su espalda contra la pared, mientras yo de rodillas me esmeraba en lengüetear enteramente su coñito sin dejar sin lamer ningún hueco o pliegue, y sin olvidarme de en ningún momento de su ano.
Ella de pie, con la espalda en la pared, se contoneaba, gemía y evidenciaba sin pudor alguno el gozo que le producía cuando mi lengua hurgaba cada rincón de su sexo.
Entonces le pedí que apoyase un pie sobre mi hombro, dejando así todavía mas descubierto y ofrecido su coño.
Cuando llevaba un par de minutos en esta posición y con mi lengua escudriñando cada recoveco de su chocho, noté como se acrecentaban su respiración y sus gemidos, también su cuerpo se ondulaba con espasmos cada vez mas violentos hasta que explotó en un orgasmo ardiente y descontrolado a la vez que dejaba escapar su orina a borbotones. Seguí lamiéndole el coño sin mostrar ningún rechazo al impregnarme de su pis en la boca, en la cara y dejando que se esparciera por mi cuerpo hasta notar como iban disminuyendo sus convulsiones. Por su parte, cuando fué consciente de que se estaba meando encima de mi, hizo un gesto de pudor llevándose la mano a la boca, pero el placer que estaba recibiendo predominaba con creces sobre el apuro que le producía descargar su vejiga sobre mi. El hecho de haber follado fogosamente durante casi toda la noche había dejado todo su sexo muy sensible y casi dolorido, lo que amplificaba su placer al orgasmar. Cuando advertí que había terminado, me levanté poniéndome a la altura de su cara y comencé a besarle la boca ardorosamente a la vez que con las manos recorría todo su cuerpo.
He de decir, que esto siempre me ha parecido sumamente excitante. Estar de pie pudiendo acariciar el cuerpo desnudo de una compañera sexual, juntar las bocas mientras con mis manos la manoseo entera. Entretenerme muy suave en los pliegues de su coñito sin descuidar los besos y en definitiva disfrutar ambos del roce de las pieles que se funden.
Delicadamante la fuí llevando otra vez hacia la cama, y una vez allí la penetré de una manera mas convencional pero no por eso menos excitante.
Follamos en la postura del misionero con Laura totalmente entregada. Me abría cándidamente sus piernas, expresando su beneplácito para recibir toda mi polla sin cautela, mientras yo no dejaba de besarla.
Nuestras bocas estaban completamente fundidas hasta el punto de no llegar a distinguir que trocito de labio pertenecía a cada uno.
Y como los dos teníamos el sexo algo irritado tras las folladas de la noche anterior, la sensibilidad se amplificaba queriendo prolongar este momento.
Por un momento sentí algo de miedo pensando en que quizá me estaba enamorando de Laura, pero continué follándola, acariciándola y fundiendo mis labios con ella.
No se cuanto tiempo permanecimos así, pero el momento lo recuerdo como bastante largo. Además a pesar de la excitación, el orgasmo no me llegaba despues de haber follado varias veces durante la noche. Tampoco me importaba demasiado y prefería no forzarlo. Me apetecía que llegara sorprendiéndome y mientras tanto disfrutaba de su coño, su cuerpo entero, su cara y sobre todo: de su boca. Disfrutaba de la entrega que en estos momentos Laura me profesaba abriendo completamente las piernas para recibirme, levantando ligeramente su culete para que le entrase sin barreras e incluso cruzándome los pies por la espalda.
Cuando terminamos, nos dimos una ducha juntos, nos secamos y bajamos a desayunar tal y como estábamos: en pelotas los dos.
CONTINUARÁ
Autor: Antipodas
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