Sebastián era un adolescente de 15 años, era poco atractivo para su edad, si eso fuera poco el tamaño de sus genitales era vergonzoso tenía par de huevos del tamaño de dos limones y poseía un pene sin circuncidar que sólo alcanzaba 10 cm en completa erección.
Sebastián no era hijo único tenía una hermana de 11 años, su padres trabajan por largas jornadas de trabajo su madre era jefa de las enfermeras quirúrgica, su padre era un hombre de negocios reconocido por lo que casi nunca estaba en casa, cierto día en la materia de ciencias de la salud, del grupo de Fernanda su hermana se tocó el tema de la sexualidad responsable, por lo que hicieron investigación de enfermedades de transmisión sexual, uso de métodos anticonceptivos, dividieron el trabajo en equipos y al equipo de Fernanda le tocó como tarea explicar cómo colocar un condón.
El sábado por la tarde nuestros padres salieron a una reunión de trabajo en sus respectivos oficios, de esas que terminaban hasta muy entrada la madrugada, así que mi hermana y yo nos quedamos solos en casa, ella me platicó lo de la exposición que hicieron colocando el condón a un pepino, de repente entre la plática me preguntó, oye y a todo esto ¿sabes ponerte un preservativo, no vayas a embarazar alguna de tus compañeras ?, me reí y le conteste que no había tenido relaciones aun con nadie, por lo que nunca me había puesto un condón, pero que creía que no debía ser nada difícil, llegado el momento me lo podría poner fácilmente, entonces ella me dijo, ¿no quieres que te enseñe a ponértelo?, me quedé un poco extrañado de que me preguntase eso, le dije que me daría vergüenza que ella siendo mi hermana me enseñara, me contesto que no era motivo de vergüenza que era algo normal.
Fernanda le dijo, prepárate ahorita regreso, yo entendí mal, así que cuando ella salió de la recamara yo me quite mi pantalón y bóxer, quedándome sólo con la playera, y ella regreso con el condón en una mano y un pepino en la otra mano, entró a la recamara y soltó la carcajada para luego preguntar, ¿qué estás haciendo desnudo? Le conteste, pues que no me ibas a enseñar a ponerme esa cosa, sin parar de reír me contestó que sí, pero que con un pepino, pese a todo jamás trate de cubrir mis genitales con la mano ni con la playera ni nada y ella tampoco me pidió que me tapara, vi que traía una bolsita con varios condones así que medio excitado por la situación le dije, ¡tú se lo pones al pepino y yo lo pongo donde debe ir realmente.
Bueno, ya que esta el pene erecto completamente se pone así, la interrumpí y le dije dame 2 minutos pues no tenía el pene completamente erecto, así que empecé a masturbarme, me vio y me pregunto, ¿qué haces? Masturbarme para que se me ponga completamente erecto, cuando eso pasó le dije, listo, ahora si comencemos, ella se lo puso al pepino con bastante facilidad, en cambio yo primerizo comencé a batallar, ella solo dijo “te lo dije” ya ves, no es tan fácil, “¡ayúdame un poco por favor”, le dije, se acercó y dijo así mira… y comenzó a colocarlo, al sentir sus manos me puse aún más caliente, cuando termino de ponerlo le pregunte, ¿en este espacio de enfrente es donde se queda el semen?
Rápidamente contestó que sí, le dije que se me hacía muy chico para eso, que no era suficiente, haz la prueba y luego me cuentas, Sebastián estaba ya muy excitado, “de una vez”, por lo que comenzó a masturbarse nuevamente, ella se quedó ahí sentada viendo hasta que termino, una vez más dijo “te lo dije” me dio mi pantalón y me dijo “ve a limpiarte”, una vez que terminé, regresé a mi recamara, ya vestido y por un largo rato estuvimos platicando sobre sexo, nos hacíamos preguntas uno al otro, pero ese día ya no sucedió nada más.
Sebastián en los días siguientes yo dejaba de pensar sobre lo que había sucedido, se excitaba mucho imaginando el cuerpo desnudo de su hermana, paso varios días masturbándose pensando en ella, así que cuando estuvieron solos la siguiente vez después de pensarlo mucho y con muchos nervios se desnudo para después ir a la recamara de su hermana, al verme así se rió pero a la vez se extrañó y le preguntó ¿estás loco o que te pasa? Sebastián dijo, vengo a ver si no te quedaron condones, se siente rico masturbarse con uno puesto, ¡si tengo! le dijo, me dieron muchos, pero ¿por qué vienes sin ropa? ¿No podías venir a pedirlo vestido?
Sebastián le contestó que sí pero que además quería el favor de que se lo pusiera, tardó varios minutos para convencerla pero al fin accedió, una vez que comenzó a ponerlo me dijo, “oye la tienes durísima”, Sebastián le contesto es porque estoy muy excitado, me excita que me veas así y que me pongas el condón, ¿quieres que me masturbe aquí delante de ti?, pues si quieres, contestó, pero su hermana no dejaba de verle su erección, así que Sebastián comenzó a masturbarse, ¿no quieres ayudarme a esto también?, preguntó Sebastián .
Bueno, Fernanda se acercó y comenzó a masturbarlo, me pregunto, ¿cuándo te masturbas así sin condón salen muy fuerte? Sebastián contestó que dependía de la excitación pero que normalmente si salían fuerte, le dijo que si quería quitarle el condón para que viera, Fernanda se rió pero se lo quitó y siguió masturbándolo, debido a que estaban solos con ella pensando e imaginando cosas a la hora que terminó salió mucho y con mucha fuerza, con el último disparo aun le manche el short y la blusa, Fernanda puso cara de molesta y dijo “¡mira nada más ya manchaste!”, vete a limpiarte, ella se fue inmediatamente a echar la ropa a la lavadora y pues a limpiar el piso.
Después de eso, no paraba de pensar en ella, fantaseaba día y noche esperaba que pronto llegará el día de estar solos en casa de nuevo, una semana después nuestros padres salieron de emergencia, ¡fue lo que Sebastián estaba esperando! Esa noche después de mucho rogar para convencerla logré que ella aceptara masturbarme una vez más, la condición para hacerlo sería que lo haría con condón, porque aún no olvidaba que la había manchado toda, Sebastián accedió, cada ocasión que se quedaban solos Fernanda masturbaba a Sebastián hasta que eyaculaba pero siempre con condón.
Una de esos días que estaban solos Sebastián le preguntó ¿qué vas a hacer más tarde? Nada, dijo Fernanda,¿me ayudas a masturbarme de nuevo hermanita?, preguntó Sebastián. No se puede dijo ella, y ahora ¿por qué no? Pues porque ya no hay condones, así sin condón no importa mira al cabo el semen no deja marca ni en las sabanas ni en el piso, contestó se quitaba fácil de la ropa,Fernando dijo “pero va a oler y a medio verse la mancha”, ese no es ningún problema, quítate la ropa y ya, se rió “eso es lo que quieres”, Sebastián muy serio le dijo, “la verdad es que si”, dejo de reírse y le dijo, de esa manera me lo puedes hacer sin mancharte, “es que me da pena sin ropa”, dijo Fernanda.
Sebastián astutamente le dijo “no tienes porque tener pena, cuantos días tienes tu viéndome desnudo, no pasa nada, no tienes nada que no haya visto antes”, ¿pues no que no habías tenido relaciones con ninguna de tus compañeras ?, preguntó Fernanda, “pues no, pero pues he visto en videos y películas”, ¿así que ves pornografía, eres un pervertido?, anímate Fernanda, “es más quédate en ropa interior, ya sería mucha mala suerte que te cayera precisamente en el corpiño o el calzón, es como si estuvieras en traje de baño, ¡vamos!”, le dijo Sebastián con una sonrisa medio pícara Fernanda entonces comenzó a quitarse el pantalón, al verla quitarse la ropa Sebastián comenzó a excitarse más de lo que ya estaba.
Sebastián se acostó en la cama y cuando Fernanda estuvo lista comenzó a masturbarlo, mientras lo hacía Sebastián le dijo, “me excita mucho hacer esto contigo, ojala alguna vez te animes a desnudarte completamente”, Fernanda solo sonrió sin decir nada, siguieron así un rato y de pronto ella preguntó , y ¿por qué? Sebastián, contestó medio nervioso, “porque me gustas y verte desnuda es algo que me excitaría mucho, Fernando se rió y dijo ¡más de lo que estás ahora!
“Pues sí, aunque no lo creas” le dijo Sebastián , ella siguió masturbándolo hasta que eyaculo, luego se limpiaron, Sebastián se vistió, era el ritual que siempre hacían, pero ella seguía en ropa interior, lo que extrañó mucho a Sebastián , pero no dijo nada, solo se limitó a disfrutarlo, le preguntó ¿quieres venir a mi cuarto a ver videos o una película? Sí , dijo Fernanda pero antes de ponerse de pie le lanzo una pregunta, ¿En serio te gusto y quieres verme desnuda? Sebastián , se quedó sorprendido con esa pregunta, hasta que por fin respondió “sí, mucho”, ¿qué te gusta de mí? Pregunto de nuevo Fernanda , Sebastián no podía salir de mi asombro y nervios, pero decidió arriesgarse, “me gusta todo, tienes muy bonito rostro, un cuerpo muy bonito, piernas que me encantan y tus muslos me enloquecen”.
Fernanda sonrió y dijo, bueno, me desnudo pero con la condición de que tú también te desnudes, ¡claro que sí! Le contestó Sebastián , en un parpadeo se quitó todo hasta el bóxer mientras Fernanda comenzó a desabrochar su corpiño, se lo quitó y agachando la cara con una sonrisa tímida y pícara a la vez fue bajando muy despacio su calzón, Sebastián abrió los ojos grandes al ver a su hermana desnuda frente a él, en ese momento ella le preguntó ¿quieres que te masturbe ahorita otra vez? Sí , contestó Sebastián con prisa.
Pero, tú tienes ya varios días masturbándome, me gustaría regresarte ese favor ahorita, ¿puedo? Pregunto Sebastián, “¡si puedes”, contestó su hermana, hacía media hora que lo había masturbado, así que, aunque tenía una erección, por lo Sebastián tardé mucho en venirme, por lo que pudo disfrutar mucho las acariciar a su cuerpo y su sexo por largo rato, mientras se masturbaban mutuamente platicaban de pornografía, por lo que Sebastián le preguntó ¿te gustaría ver porno conmigo?, pues sí, me da curiosidad, si tienes si veo, ¿desnuda? Le dijo Sebastián, se rió, y aceptó su hermana ambos llegaron al orgasmo y ese día nada más pasó de nuevo.
Fue así que Sebastián le puse un video porno en mi celular algunos días después que se quedaron solos, ambos estaban desnudos y en ese momento Sebastián le preguntó podríamos intentar sexo oral o no sé cosas nuevas, ¿a ti se te antoja algo o has pensado en algo nuevo para hacer Fernanda ? No había pensado en eso, hasta ahora, en eso llegan las vacaciones de verano, Ambos hermanos tendrían casi todo el día para estar solos en casa.
Una mañana de vacaciones Fernanda se despertó al escuchar el celular de Sebastián, así que se levantó , se cepillo los dientes y se desnudo, fui su recamara le dio los buenos días y le pregunté ¿ya te bañaste? Aún no contestos su hermano, entonces ven vamos a bañarnos juntos, le dijo Fernanda, algo que Sebastián no esperaba que ella le propusiera pero a lo que no se negó, ambos hermanos se bañaron deliciosamente juntos enjabonándose el uno al otro, masturbándose y disfrutándose al máximo, Sebastián se acomodo detrás de ella de tal manera que quedara su endurecido pene entre sus nalgas, y con las manos acariciaba su vagina, muslos y su pecho plano, estaba tan excitado que comenzó a besar su cuello.
Sebastián le dijo a su hermana al oído, “me encantas y esto es lo primero que quiero experimentar”, la tomó de la cadera la giró para quedar de frente ambos para comenzar a besarla en la boca, que fue un beso de lengua para la sorpresa de Sebastián ella no hizo por evitarlo, al contrario, se pegó más y comenzó a jugar con su lengua en su boca, mientras lo masturbaba y acariciaba su espalda, Sebastián no se quedaba atrás acariciaba sus nalgas y su espalda, así duraron un buen rato, cuando el beso terminó, un vez más la tomó de la cadera haciendo presión hacia abajo, se acercó a su oído y rosándolo con la lengua le dijo Sebastián a su hermana “chúpamela”.
Estaba tan excitado que no pensó, si iba a querer o no, pero su hermana para su sorpresa se hinco, lo masturbarlo un poco y luego puso su duro pene en su boca, suavemente pasaba su lengua por su glande, luego por el tronco, acariciaba sus testículos con su mano, hasta llegar a sus nalgas, estuvo haciendo eso por un rato, Sebastián hizo salir a Fernanda de la ducha se medio secaron, la acostó en la cama y de nuevo puso su pene en su boca, pero esta vez él también estaba chupando su sexo, para comenzar a hacer un rico 69.
Fernanda luego de un rato le dijo a su hermano, “no vayas a terminar en mi boca, avísame cuando vayas a venirte”, después de otro rato ella comenzó a casi gritar, “me vengo, me vengo” e intentó separar su sexo, del rostro pero a Sebastián no me le importo se aferró a ella hasta que sintió sus jugos en su lengua, no dejes de chuparme, dijo su hermana, y comenzó de nuevo, seguía jugando con su lengua en ella, hasta que sentí que me venía, separó su sexo solo lo necesario para avisarle que me venía, sacó su pene de su boca y lo puso en su mejilla, y ahí terminó como nunca lo había hecho, fueron varios chorros de su espeso semen que bañaron la mejilla de su hermana, apenas terminó de venirse Sebastián se enderezo para verla, Fernanda tenía mucho semen en toda su mejilla y cuando se enderezó, le escurrió por su cuello hasta sus pezones.
Luego de aquello nos dormimos abrazados sobre mi cama hasta casi anochecer Sebastián se levantó de la cama para ir al baño cuando regreso ella estaba recostada en la cama viendo porno, se recostó pegado a ella para comenzar a acariciarla, besarla en los labios, bajando hasta la barbilla y el cuello hasta pasar por sus hombros, seguir bajando para llegar a su pecho plano, mientras con las manos acariciaba sus muslos y nalgas, ¿qué haremos ahora?, preguntó Fernanda, primero hay besarnos, se dieron un delicioso beso como en la regadera, pero esta vez se prolongó por muchos minutos más se separaron apenas lo necesario para tomar aire, mientras daban vueltas en la cama acariciándose como locos.
Por momento el pene de Sebastián acariciaba el sexo de su hermana y podía sentir lo caliente que estaba, gemía con más fuerza y se retorcía más cada vez que lo sentía cerca, “ponlo entre mis nalgas”, dijo Fernanda luego de un rato, se senté en la orilla de la cama y Sebastián se acomodo, se recargo sobre ella, de modo que su pene quedó entre sus nalgas, con una mano, acariciaba su pecho plano y con la otra la masturbaba, mientras le besaba su cuello hasta que comenzó a gemir de nuevo se hermana, ella tenía ambas manos en sus muslos y se movía hacia arriba y abajo de modo que estaba masturbando a su hermano con las nalgas, que ya estaba tan excitado que le pidió dio que se detuviera, pues no quería venirme tan pronto.
Por lo que ambos volvieron a la posición de besos y caricias por toda la cama, por un largo rato, sin embargo Sebastián buscaba en cada oportunidad apoyar su pene en el sexo de su hermana, su mano lo dirigió ahí para frotarlo hacia arriba y abajo sobre su rajita a manera de masturbarla, pero sin dejar de besarla, después de un rato fue Fernanda la que dijo que quería chuparle el pene a su hermano pero le dijo que lo hicieran como la última vez, así que al igual que la vez anterior se acomodaron en un muy rico 69, antes de comenzar a chupar su sexo Fernanda le dijo a Sebastián, “ahora quiero intentar probar tu semen”.
Entonces ambos comenzaron a darnos placer con sus bocas, pero esta vez al mismo tiempo que Sebastián la chupaba acariciaba su rajita, una vez más ella comenzó a gemir y a retorcerse un poco, pero poco a poco fue gimiendo más y más fuerte hasta que se vino directamente en la boca de Sebastián, pero a diferencia de la vez anterior, esta vez no hizo nada por apartar su sexo, poco rato después Sebastián le aviso que ya estaba por venirme, ella estaba con los ojos cerrados y parecía que estaba disfrutando mucho esa posición.
Sebastián pensó que no le había escuchado, así que se lo repitió un par de veces más, “me vengo, me vengo” ya no aguantar más, en eso él sintió que se saco su pene de su boca pero puso la lengua sobre su glande, no pudo más por lo que se vino, fueron varios chorros de su espeso semen que salieron disparados directo a la lengua de su hermana, cuando termino Sebastián de venirse, Fernanda dijo con una expresión pícara en su rostro “agridulce, no sabe tan mal como pensaba”, ambos adolescentes rieron mientras descansaban un poco luego de su apasionado encuentro.
A la mañana siguiente Sebastián despertó muy tarde, estaba muy cansado del ajetreo del día anterior, fui a buscar a su hermana a su cuarto pero no estaba ahí, bajo y nada, no había nadie en casa, desayuno y volvió a la cama para ver la televisión un momento después escuché la puerta, era su hermana que había regresado, era casi mediodía, Fernanda lo invitó a la regadera al tiempo que sacó un rastrillo para rasurar, mientras Sebastián no tardó nada en desnudarse de nuevo, se metieron a la regadera se enjabonaron y Fernanda comenzó a rasurar completamente la zona de pene y huevos mientras ella me veía y de repente me ayudaba un poco, hasta que Sebastián terminó de hacerlo, le preguntó ¿qué te parece?“Quedaste como bebé, te ves muy bien, se te ve más grande”, dijo Fernanda, gracias le contestó su hermano mientras me reía.
Después de un rato de estar haciendo el 69 Sebastián comenzó besarla desde el abdomen, subir y llegar a su pecho continuando hasta su cuello y la boca mientras acariciaba todo su cuerpo con sus manos y su rajita con su endurecido pene, “me gustas mucho quiero penetrarte ya, ya no quiero esperar” dijo Sebastián , entre gemidos de placer Fernanda contesto “métela”, Sebastián no se lo pensó dos veces se acomodó y comenzó a penetrar a su hermana al tiempo que la besaba, mamaba sus pezones y la acariciaba toda, pero dada su inexperiencia y excitación muy pronto comenzó a sentir que explotaba, “ME VENGO”, grito.
Fernanda se quitó de inmediato y contestó a la vez que le empujaba para atrás y se hincaba en la cama, “no aun no, espera un poco”, comenzó a mamarle su pene que estaba a punto de reventar, de inmediato dijo de nuevo, “me vengo”, y ya no pudo aguantar más explotó como nunca antes Sebastián que Fernanda se iba a quitar pero esa vez lo dejó que terminara casi completamente dentro de su boca y enseguida comenzó a besarlo, mientras con la mano seguía masturbándolo, después de un largo beso, pero realmente largo beso, me dijo sonriendo, “estuvo delicioso hermano”.
Se acostaron acurrucados, ella acariciando su pene y el su raja, estuvieron así largo rato, entre besándonos y platicando, ninguno de los dos se percató que sobre la sábana blanca quedó una mancha de sangre producto de la pérdida de la virginidad de Fernanda, su madre que además de ser enfermera quirúrgica era muy religiosa descubrió esa mancha al día después que era sábado cuando la iba lavar, al principio pensó que era salsa de tomate pero cuando la olfateo supo que era sangre pero no cualquier sangre ella sabía muy bien de dónde era que había venido, dado que era la sabana del cuarto de Sebastián , lo primero que pensó era que él había tenido sexo con alguna de su noviecitas, a la cual había despojado de su virginidad.
Por eso en la cena ese día, le preguntó a Fernanda ¿ha venido alguna chica a casa mientras no estábamos tu padre y yo?, Fernanda inocentemente contestó no Mamá solo hemos estado mi hermano y yo solos, ¿por qué?, por nada Fernanda solo simple curiosidad, contestó , su madre, Fernanda sin saberlo había comenzado a andar las malas ideas de su madre, por lo que el lunes ambos adolescente se debían quedar solo como de costumbre, su madres en esta ocasión se tomó sus horas de comida para ir a su casa, para ver lo que sus hijos estaban haciendo cuando se quedaban solas.
Dejó el auto a una calle de la casa para que sus hijos no se alertaran de su llegada, entro sigilosamente a la casa, pero no entró a la casa en su lugar tomó una escalera que con mucho cuidado colocó a los pies de una ventana que daba al pasillo que interconectaba a las habitaciones del segundo piso de su casa, los ojos de la madre de ambos adolescentes se le abrieron grandes cuando vio por la ventana a sus dos hijos salir secándose uno al otro desnudos del baño, con el pene de Sebastián en completa erección.
No pudo ver mucho pero si alcanzo a ver como Fernanda comenzó a chupar, lamer y mamar el pene de Sebastián mientras este le manoseaba todo su cuerpo desnudo aquello era todo lo que necesitaba, saber, bajo de la escara buscando no ser escuchada, salió de la casa, subió a su auto y regresó al hospital esa noche al regresar a casa en su bolso traía todo lo necesario para realizar un procedimiento médico que solucionaría según ella aquella relación incestuosa y pecaminosa entre sus dos hijos de una vez y para siempre.
Estaba tan molesta que no le importaba nada todas las barreras legales, éticas y morales que la pudieron haber detenido estaban derribadas en ese momento luego de ver sus hijos disfrutar del sexo entre ellos, para ella no podía haber algo peor más al recordar que seguramente fue su hijo quien despojó de su virginidad a su propia hermana, esa noche en la cena no hablo mucho, espero a que todos durmieran en la madrugada para llevar a cabo su perverso plan, tomó su bolso y fue al cuarto de Sebastián, entró buscando hacer el menos ruido posible una vez dentro cerró la puerta con seguro por dentro.
Ella tomó un gran puñado de algodón el cual impregnó de abundante cloroformo, colocó el húmedo algodón sobre la boca y nariz de su hijo, el cual dormía profundamente pues estaba muy cansado luego de pasar toda la mañana y tarde teniendo sexo con su hermana, apenas se inmuto, unos segundos después pese a parecer que estaba durmiendo aún, Sebastián estaba completamente inconsciente por el cloroformo, en ese momento su madre procedió a llevar a Sebastián al sótano.
Después de una hora Sebastián despertó desnudo y asustado solo quería salir de ahí, lo habían atado a una mesa con los brazos por debajo de la misma bien asegurados mis piernas habían sido asegurados a dos de las pasas de esa masa con fuertes cinturones de cuero y una barra metálica entre los cinturones impedía que pudiera cerrar mis piernas, intentó gritar pidiendo ayuda pero tenía la boca amorgasada con cinta de aislar, al empezar a voltear a los lados vio a su enfadada madre.
Su madre sin inmutarse y sin decir ninguna palabra tomó el escroto de Sebastián, lo levantó para comenzar a colocar una delgada cuerda alrededor de la base de mi escroto la cuerda dio varias vueltas y esta quedó muy apretada sobre mi escroto tanto que me estaba causando un dolor y una comezón que era insoportable.
Cuando su madre terminó de colocar el fuerte torniquete con aquella cuerda sobre su rasurado escroto dijo “Hijo el pecado de la fornicación es malo pero es especialmente horrible cuando lo haces con la carne de tu carne, sobre tus revolcones con tu hermana no diré nada a tu padre sobre todo que has despojado de su virginidad a tu hermana, si aceptas el castigo correspondiente que te daré es por tu bien, estoy seguro que si tu padre se llega a enterar de lo ocurrido no será tan benigno como yo lo he sido, la decisión es tuya.”Después de decir eso agarro un toper la cual estaba llena de largos alfileres para sujetar con bolitas de color azul fuerte en uno de sus extremos su madre tomó uno y sin más lo clavó sobre uno de sus testículos atravesando la piel de su escroto hasta su testículo, hundiendo casi la mitad del largo alfiler en mi escroto, el dolor que esa acción me provocó fue sencillamente indescriptible, pero no conforme con esa acción saco otro alfiler y lo clavó en el otro testículo, que su cuerpo entero se convulsionara por el dolor que de nuevo sentía.
Uno a uno los alfileres se fueron clavando sobre su escroto en total fueron 40 luego de algunos minutos el escroto de Sebastián parecía un alfiletero lleno de estos alfileres clavados sobre él, eyaculo algunas veces, al sentir sus huevos ser atravesados por uno de esos largos alfileres sin poder controlar que saliera su semen al acabarse los alfileres su madre abandonó el sótano dejándolo solo con los alfileres clavados en su escroto, su pene goteaba algo de semen y descansaba flácido sobre su velluda pierna derecha y tenía que permanecer quieto pues el más mínimo movimiento de su parte, daba como resultado que los alfileres en su escroto rosaran con el interior de mis piernas, lo que daba lugar a un gran dolor.
Tras un tiempo indeterminado su madre volvió , su madre sacó un bisturí muy afilado, con el que comenzó a cortar la base del escroto de su hijo el cual se retorcía impotente de dolor al acabar colocó una pequeña venda esterilizada sobre la herida, tras eso le colocó un fuerte sedante dejándolo nuevamente inconsciente .
Por las siguientes 2 semanas Sebastián permaneció cautivo en el sótano tras su castración a manos de su madre la cual lo visitaba cada tres días para darle analgésicos, cambiarle el vendaje y darle comida, al acabar este período de tiempo y a solo dos semanas antes de que se acabarán las vacaciones se le permitió a Sebastián abandonar el sótano, el mismo día que Sebastián dejó el sótano su madre tuvo una operación de emergencia viéndose obligada a abandonar su casa con rapidez,al poco tiempo de que su madre se fuera Sebastián se dirigió a su habitación una vez ahí se quitó la venda he intentó ponerse ropa pero entonces Fernanda apareció desnuda diciéndole “Te extrañe el tiempo que estuviste fuera vamos a celebrar bañandonos juntos ”.
A pesar de la inicial negativa de parte de Sebastián que por primera vez cubrió sus genitales con sus manos ella no desistió siguiéndole incidiendo pronto ella logró a parar las manos de su hermano de sus genitales para llevarlas una a sus planas nalgas y la otra a su lampiña panocha, después de eso ella comenzó a cariciar con su mano derecha el cuerpo desnudo de su hermano mientras que con la otra guiaba la mano de su hermano que previamente puso en su panocha llevándola a hasta su rajita la cual está mojada en exceso tanto que sus jugos blancuzcos ya se estaban escurriendo como agua por sus piernas lampiñas hasta llegar al suelo dejando un pequeño charco, cuando su mano derecha llegó a los ya velludos genitales de su hermano mayor lo primero que noto Fernanda fue que el pene de su hermano no estaba en erección como de costumbre, pero ella se horrorizo cuando su mano bajó hasta la entrepierna de su hermano.
-“¡QUE TE PASO!”, gritó Fernanda a Sebastián cuando tocó su entrepierna vacía.
En ese momento Sebastián con lágrimas en los ojos comenzó a contar la historia de su castración a manos de su madre a su hermana mientras lo hacía las lagrimas brotaban del rostro de Fernanda, desde ese día las relaciones con su madre de ambos adolescente fue cortante hablaban solo lo necesario cada que estaban solos Sebastián se desnudaba y observaba su cuerpo ahora sin sus huevos debajo de su pene que comenzó poco a poco a encogerse y perder la capacidad de erección, convirtiéndose en un eunuco en toda la extensión de la palabra, sin embargo por las próximas dos semanas antes del regreso a clases Fernanda no dejó de tener sus encuentros sexuales con su hermano, el cual sólo podía complacerla con su lengua y dedos.
Cuando volvieron a la escuela Fernanda entró en primero de secundaria mientras Sebastián entró en primero de preparatoria, una vez ahí su vida se volvió más difícil ya que empezó a oír de parte de sus compañeros de sus magníficos encuentros sexuales con sus compañeras en fiestas que ellos en vez en cuando organizaban si esto no fuera suficiente su hermana poco a poco se fue distanciado después de un tiempo descubrió la razón y esta era que ella se había hecho novia de uno de sus compañeros llamado Carlos con el cual empezó a tener encuentros candentes en los baños durante el receso, si esto no fuera suficiente descubriría que Carlos estaba mejor dotado que él con un pene circuncidado de 17 cm en completa erección y eso sólo con 12 años.
Fernanda ahora de 22 años era una joven de piel blanco pálido, cabellera castaña rojiza, muy velluda tanto que tenía que depilarse cada semana pero al momento de depilarse parecía que ella siempre había sido lampiña ya que ella prefería la depilación total, dos pechos redondos firmes copa C y coronados por pezones rosados de punta redondeada, era de confección delgada, tenía piernas largas y hermosas, unas caderas amplias hermosas y un trasero grande y carnudo que podrías agarrar con las dos manos y te parecería que estuvieras tocando las dos pelotas más suaves que hayas tocado nunca.
Fernanda pasaría por muchos amoríos hasta la universidad cada uno mejor dotado que el anterior siendo el primero Carlos con sus 17cm con el que estuvo hasta inicios de segundo de secundaria, el segundo fue Joshua con 20 cm con el estuvo hasta que acabó la secundaria, el tercero Ángel con 22 cm con el ando hasta segundo de preparatoria, el cuarto Andrés con 27 cm y por último Gabriel con 28 cm y Enrique con 30 cm con los cuales sigue hasta la fecha inclusive hacían tríos en la casa de Fernanda siendo presenciados en secreto por Sebastián quien veía impotente, triste y excitado las escenas presenciando cómo aquellos jóvenes bien dotados llenaban a su hermana de semen.
Así Sebastián se fue adaptando a su nueva vida como eunuco mientras que su hermana empezó a vivir la vida y el placer que Sebastián ya nunca tendrá.
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